top of page

ADOLESCENTES "ADICTOS AL AMOR"

  • Foto del escritor: teresacolladopsico
    teresacolladopsico
  • 10 may 2022
  • 6 Min. de lectura

El ser humano es un ser social con una demostrada necesidad de pertenencia y de unirse a otras personas. Todos tenemos la necesidad de crear vínculos afectivos fuertes y duraderos con los otros, pero especialmente durante la adolescencia, la calidad de esos vínculos afectarán a su desarrollo emocional y a su personalidad. Esa necesidad de pertenencia conlleva no solo lazos íntimos y saludables, sino tambien amenazas o rivalidades.


Las personas con un vínculo de dependencia saludable tienen una identidad fuerte, confían en los otros y tienden a un autoconcepto adecuado, sin tener miedo a estar solos ni a que los demás les abandonen. Sin embargo, en algunos casos, cuando las personas no establecen una adecuada relación, pueden llegar a tener patrones de relaciones de dependencia insana con los demás.


El Apego de tipo Ansioso, denominado popularmente Dependencia Emocional, se define como un patrón persistente de necesidades emocionales insatisfechas que se intentan cubrir desadaptativamente con otras personas y que provoca la búsqueda de relaciones de pareja desesperadamente y/o el intento de control hacia la ex-pareja o pareja.

La adolescencia es una etapa vital en el desarrollo evolutivo de los afectos y especialmente susceptible a la aparición de dependencia emocional de los iguales, donde a diferencia de la infancia, las necesidades de apego se satisfacen no a través de la familia, si no que nacen de los vínculos con amigos y de las relaciones de noviazgo. A partir de los 18 años tiene lugar la adultez emergente, un periodo de transición de la adolescencia a la vida adulta, en el cual los jóvenes continuúan explorando su identidad y sus roles. Se trata por tanto de un periodo en el que los jóvenes tienen que enfrentarse a las nuevas demandas ambientales de este ciclo evolutivo, y es por ello, que son especialmente vulnerables.



El primer amor en la adolescencia

El concepto de amor y el proceso de enamoramiento es cambiante y diverso, propio de cada persona, sin embargo, varios estudios destacan las diferencias que se dan con respecto al sexo y la edad. Chicas y chicos, exploran por igual la intimidad durante la adolescencia temprana y media, pero las chicas muestran mayor prevención en el proceso de involucrarse en una relación que implique intimidad emocional y psicológica. Esto puede deberse al alto impacto que tiene sobre el desarrollo de la identidad de las chicas el éxito o fracaso en las relaciones afectivas.

En cuanto a la edad, los adolescentes de 13-15 años tienen pocas diferencias en su forma de concebir el amor, ambos buscan el reconocimiento y la valoración de la otra parte. Las chicas priorizan la importancia de la entrega y la necesidad de rehacerse después del desamor. Los chicos resaltan los aspectos placenteros y dolorosos, así como el miedo al rechazo.

La adolescencia es la etapa donde se realiza la transición entre el niño y el adulto. Una fase que implica cambios físicos, cognitivos, emocionales y sociales. Por ello, es tan importante que esa transición de cuerpo y mente se entendida y apoyada por su entorno y que los padres entiendan las relaciones románticas como un factor fundamental en su socialización, la formación de la intimidad y la conformación de su identidad.

El primer amor suele ser una buena experiencia si existe respeto mutuo de los sentimientos y valores. En la adolescencia, este tipo de experiencias es una preparación para el amor verdadero. Pero su inmadurez emocional puede hacer que tengan enamoramientos intensos o que puedan enamorarse de personas mayores, por lo que el adolescente debe aprender a sobrellevar la desesperación y la ansiedad de no ser correspondido.



¿Qué es la dependencia emocional?

La dependencia emocional es una vinculación insana basada en el desequilibrio y la desigualdad en la relación. Genera emociones de dolor, rabia y miedo, que pueden llevar a conductas de control, posesividad y en casos extremos, hasta el abuso o maltrato. La dependencia produce daños físicos y emocionales cuando los adolescentes creen que amar es poseer u ofrecerlo todo, justificando las conductas de la pareja de manera idealizada. Suelen tener celos irreales ante la ansiedad que genera el miedo a perder la relación y ejercen un control constante y obsesivo a través de las redes sociales y de Whatsapp.


La baja autoestima y la baja autoimagen conllevan al temor del abandono y del rechazo provocando en el adolescente un apego insano a la relación, siendo incapaces de terminarla. La dependencia emocional se convierte en “amor obsesivo”, cuando ese amor se transforma en adicción y todo comienza a girar en torno la persona que teme perder.

“Adictos" al amor Podemos hablar de la “adicción” al amor como una de las nuevas “adicciones sin sustancias”, aunque es posiblemente tan antigua como el propio ser humano. Algunos trabajos han estudiado este fenómeno comparándolo con la adicción a las drogas y se han encontrado numerosas coincidencias:

  • Necesidad irresistible de tener pareja y de estar con ella.

  • Priorización de la persona objeto de la adicción con respecto a cualquier otra actividad.

  • Preocupación constante por acceder a ella en caso de no encontrarse físicamente presente.

  • Sufrimiento que puede ser devastador en caso de ruptura (abstinencia), con episodios depresivos o ansiosos.

  • Pérdida aún mayor de autoestima, hostilidad, sensación de fracaso, etc.

  • Utilización de la adicción a las redes, al móvil o sustancias para compensar las necesidades psicológicas.



Señales de alarma

  • Necesitan excesivamente la aprobación de los demás y la buscan a través de las redes sociales. Lo excesivo de esta necesidad genera en ocasiones pensamientos obsesivos sobre su aceptación por un determinado grupo, obsesión por mostrar siempre una buena imagen, o demandas más o menos explícitas de atención y afecto.

  • Necesitan disponer continuamente de la presencia del otro. Llamará o mandará mensajes continuamente a su pareja, le pedirá que renuncie a sus amigos/as para estar más tiempo juntos y demandará atención exclusiva.

  • Su anhelo de tener pareja es tan grande, que se ilusionan y fantasean enormemente al comienzo de una relación o con la simple aparición de una persona interesante en su círculo de amistades o en sus redes sociales.

  • Adoptan posiciones subordinadas en las relaciones. Hacen todo lo posible por agradar al otro aunque sufran desprecios y humillaciones y aunque no reciban verdadero afecto. No esperan cariño de su pareja, simplemente se enganchan obsesivamente a ella y persisten en la relación por muy frustrante que ésta sea.

  • Sienten ansiedad ante la posibilidad de una separación y un terrible miedo al abandono. Ven a la otra persona como la clave para no sentir la angustia de estar solo. Esta ansiedad de separación puede ser provocada por el aislamiento temporal que implica la vida diaria o cualquier otra circunstancia que cree desconfianza como las salidas con amigos/as.

  • Suelen cambiar sus planes o las actividades que pretende llevar a cabo solo para pasar más tiempo con su pareja. Así que la otra persona se convierte en el centro de su vida y todo lo demás se excluye. Su atención se centra en la satisfacción de las necesidades de la otra persona.

  • En casos extremos, la posible ruptura de la relación de un joven o adolescente emocionalmente dependiente es algo tan catastrófico que puede cometer acciones o expresar el deseo de hacerse daño a sí mismo.

Cómo ayudar a tu hijo/a En primer lugar es importante saber que esta situación se puede superar. Tomar conciencia de que tu hijo/a puede estar sufriendo y que no es un asunto banal, es el primer paso para poder ayudarle.



  • Anima a tu hijo/a a que te cuente lo que le está pasando y escúchale sin juzgarle, simplemente permítele que se exprese. Para ayudarle a tomar distancia, pídele que haga un listado de todas las cosas negativas que le ha provocado la relación, que le enfada de la otra persona y cuántas cosas ha hecho sin desearlo solo por complacerle.

  • Pregúntale qué le aconsejaría a su mejor amigo/a si estuviera pasando por una situación similar.

  • Aumenta su autoestima, reforzando sus cualidades y todos los logros que ha conseguido a lo largo de su vida.

  • Anímale a salir con otros grupos de amigos/as, a buscar nuevas actividades o aficiones que le ayuden a crear nuevas relaciones más saludables.

  • Pídele que no contacte con él/ella, si es necesario que le borre de su listado de amigos en redes y que bloquee su wahtssap. Esta medida es importante porque evitará que le lleguen noticias a través de las redes y que pase horas mirando el movil para comprobar a que hora hizo su última conexión. Para superar la dependencia emocional el “contacto cero” es la mejor herramienta aunque lo pase mal al principio.

  • Ponte en contacto con su mejor amigo/a para que pedirle que te ayude en el proceso.

  • Si crees que estos consejos no son suficientes, si tu hijo/a se encierra en su habitación a llorar, si no quiere salir de casa o si detectas algún indicio o posibilidad de autolesión, acude a un profesional que pueda ayudarle.

Y por encima de todo.... demuéstrale cariño, comprensión y paciencia en el proceso.

Referencias

  • Dependencia emocional en las relaciones de pareja de los/las adolescentes del Puerto de la Cruz. Hernandez García, E. Universidad de la Laguna. Junio 2016

  • Manual de dependencia emocional afectiva. Congos S.


Entradas recientes

Ver todo

コメント


bottom of page